domingo, 20 de diciembre de 2009

Finis terrae


Después de un tiempo vacía, he vuelto a encontrar mi camino y a llenar mi alma de vida, de sueños, de sensaciones y de alegría. He vuelto a encontrar mi camino en el día a día, tras un momento que se ha detenido en el tiempo y ha quedado guardado en mi recuerdo para siempre, un momento hecho de esa luz que ilumina mis pasos ahí, en el preciso lugar donde el mundo termina y no hay dirección en la que avanzar, o, mejor dicho, las posibilidades son tan grandes que no importa la que siga, importa seguir.

Dicen que hay que sumergirse en la oscuridad para volver a buscar la luz, y que el impulso para salir se toma al tocar fondo, cuando descubres que no hay posibilidad de caer más abajo.

Todavía tengo esa luz guardada en el fondo de mis ojos, ella trazará mi rumbo, por lo menos por ahora...

1 comentario:

  1. Parece que la tierra se acaba, pero no lo hace. Es una ilusión provocada por el cansancio de un camino al que a veces no se le ve el final.
    Si en el caminar topamos con la luz de un faro, se nos permite ver, lo cual es muy importante.
    Entonces vemos más caminos en la tierra y nuevos caminos en el cielo y en el agua. Nos levantgamos, escogemos y seguimos, con la esperanza de que en algún otro rincón habrá más faros y más luces que nos guiaran cuando se haga de noche.
    Para qué sirven las estrellas, si no?

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