miércoles, 27 de abril de 2011

De vuelta a casa




Inicié el blog con buenas intenciones y muchas ilusiones, como he empezado siempre cualquier cosa que ha sido un desafío en mi vida, pero el día a día me ha ido comiendo terreno y mi reino de la luz se ha convertido en una minúscula isla al final del más allá, donde cada día primero, cada semana después y más tarde cada mes, me formulaba la intención de volver a escribir, de volver a expresar mis sentimientos, de volver, en definitiva, a gozar de poder teclear estos signos que, colocados unos detrás de otros, dan sentido a ese día a día que ha ganado la batalla.


Me preguntaba una y otra vez si realmente tenía algo que contar, si era importante siquiera para mi misma, o si el hábito de lo cotidiano había apagado toda mi luz.


Y así, con el cansancio de no poder encontrar el camino de vuelta, me senté el sábado a recordar mis pequeños y viejos rituales, como comprar libros cada 23 de abril y celebrar que puedo vivir más vidas además de la mía. Y con la tradición cumplida al filo de la medianoche me propuse comenzar a buscar ese camino de vuelta hacia mi persona, y llegué a la conclusión obvia de que lo importante es el camino, y no la meta. Por eso, con la conciencia de que vuelvo a disfrutar en este proceso de teclear, comienzo de nuevo a escribir, aunque tenga poco para decir...


Y aunque no haya nadie para verlo, la luz ha vuelto, y eso es lo que importa.

2 comentarios:

  1. Pues si me lo permites, te acompañaré en ese sendero de vuelta...Más que vuelta, le llamaría continuación.
    No puedes imaginar la ilusión que sentí cuando vi el faro encendido. Llegué un día a estos lares, cuando estaba apagado y me gustó lo que ví.
    Hasta mañana. Siempre hay uno, ¿verdad?

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  2. Me alegro de tenerte como compañía en el camino. Después de mucho tiempo, es bonito compartir las pequeñas huellas que vamos dejando. Esa es la magia de internet.

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