sábado, 7 de mayo de 2011

Cuando anochece


Cuando anochece vuelven a mi aquellos pequeños recuerdos de la infancia, todos ligados a cada estación y a cada fenómeno metereológico , como si el cambio de las estaciones, el sol que se pone, las primeras estrellas o los chaparrones de tormenta fueran los archivos en los que se han ido clasificando mis memorias.

Y así, en tardes como ésta, en las que el viento sur y la tormenta han dado paso a un cielo despejado y caluroso, los tonos rojizos del atardecer comienzan a teñir todo y veo como Venus comienza a despuntar en el cielo, vuelven a mi aquellas tardes corriendo de un lado a otro, buscando el escondite mientras se hacía de noche, oliendo el azahar en primavera, y revivo la sensación mezclada de emoción y miedo, de urgencia porque no nos pillaran escondidos mientras oscurecía, y escucho de nuevo la voz de mi madre gritando para que terminara el juego y volviéramos a casa... vuelve a mi la sensación de libertad plena que nos abandona pronto y que sólo podemos guardar en el recuerdo.

Y qué hermoso es todavía, con otras urgencias, otros miedos, y sin esa libertad que ya perdimos, poder recordarlo.

2 comentarios:

  1. Los anocheceres nos cautivan con aquella sensación de pausa. El ajetreo es menor y regresamos a casa.

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  2. Tienes razón, y para mi regresar a casa es casi siempre volver atrás, rememorar y recrearme en aquellos olores y en aquel ambiente de pausa, sobre todo estos días de primavera.

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