¡Por fin volvemos a lo de siempre! A la escuela, al trabajo, a no llegar a tiempo a nada, a no dormir, a ganar todos los días el premio a la madre del año, a pensar en buenos propósitos, a estresarme por no poder llevarlos a cabo... En mi caso, esta es la semana de mirar cursos de formación, masters o cualquier cosa que me obligará a hipotecar mi tiempo, aunque no lo tenga. En fin, procuraré no acercarme mucho al ordenador ni a los anuncios de prensa, no vaya a ser que termine cayendo en la tentación y me apunte a un curso de japonés.
Por otro lado, no puedo sino enumerar todas los propósitos que todos los años quiero llevar a cabo. Y digo propósitos porque nunca pasan a acciones. Hay cuatro actividades estrella, que me acompañan desde hace unos cuantos años:
Por otro lado, no puedo sino enumerar todas los propósitos que todos los años quiero llevar a cabo. Y digo propósitos porque nunca pasan a acciones. Hay cuatro actividades estrella, que me acompañan desde hace unos cuantos años:
- Aprender a nadar. Lo iba a hacer antes de los 40 años (ya me queda poco)
- Aprender francés
- Pintar al óleo
- Hacer tai-chi, yoga, meditar o algo parecido
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